Obsesionados por sí mismos

Se suele utilizar el adjetivo narcisista para caracterizar a las sociedades contemporaneas. Sociólogos y filósofos como Sennett o Lipovetsky, entre otros, utilizan esa clasificacion para describir a los humanos del momento actual posmoderno como seres obsesionados solo por sí mismos y en busca de un hedonismo egoísta que se manifiesta en incontables prácticas cotidianas sobre el propio cuerpo.
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Angustia de la edad y de las arrugas, obsesión por la salud, cultos solares y terapeúticos y mantenimiento a traves de masajes, saunas, deportes, regímenes y gimnasios parecen ser los signos de nuestra era. Todas estas prácticas sobre si, particularmente obsesivas cuando empieza el verano y el momento de la playa, van en detrimento, por cierto, de la aventura, la utopia y el riesgo político. El mito de Narciso ha atravesado mas de dos mil años y ha cobrado diversos sentidos a traves de las epocas. En las proximas lineas se buscaran alguna de sus huellas en la literatura que permitan, quizas, desentrañar algunas claves de la perdurabilidad del mito. Primera Las fuentes griegas antiguas -Ovidio, Pausanias, entre otros- coinciden en afirmar que Narciso era un joven de una hermosura extraordinaria e hijo de la ninfa azul Liríope y del dios- río Cefiso, quien en una ocasión, habia gozado de ella, envolviéndola entre un remolino de sus aguas. Consultado por el destino de efebo, el adivino Tiresias habia alertado a su madre:"Narciso llegará a viejo en tanto no se conosca a si mismo". Al llegar a los dieciseís años de edad, Narciso había rechazado cruelmente a amantes de ambos sexos, orgulloso de una belleza que intuia. Dos de sus enamorados más persistentes eran la bella ninfa Eco-condenada a repetir tontamente las palabras de otras personas por venganza de Hera, quien la castigo por haberla entretenido mientras escapaban las amantes de su marido Zeus- y el joven Aminias.Éste último se mató con una espada en el umbral de Narciso con una espada que el despreciativo muchacho le había mandado como irónica respuesta a sus pretensiones amorosas. Aminias le pidió a los dioses que vengaran su muerte. Al poco tiempo, en Donacón, lugar de Tespia, narciso llegó a una fuente particularmente límpida y se dejo caer, agotado por el calor y los afanes de la caza, sobre la hierva del bosque, para saciar su sed. Entonces, contemplandose entre las aguas cristalinas se enamoro de su reflejo y se quedo extasiado ante su propia belleza. "Contempla puesto en tierra", relata Ovidio en su Metamorfosis, "la estrella doble de sus ojos, dignos de baco y dignos de Apolom sus mejillas imberbes, su cuelllo de marfil, la gracia de su boca y el color rosado que se mezcla con un blanco de nieve, y se admira de todo aquello que lo hace admirable". Es entonces cuando los relatos antiguos difieren.Para algunos autores, Narciso, consumido por el amor a si mismo, y desesperado por no poder abrazar y besas al muchacho que tiene delante de si, se hunde en el corazón la misma espada con la que Aminias se habia quitado la vida. Para otros, muere ahogado en su intento de poseer la imagen de si mismo. En ese sentido Pausanias le recrimina "Es totalmente absurdo que alguien, llegado a la edad de enamorarse, no distinga un hombre de una imagen de hombre". Y para otros, tan solo se quedó contemplandose eternamente, sin comer ni beber, hasta que desfalleció. Y aún sidue mirandose en el agua de la laguna Estigia. El dolor de Eco la llevo a internarse en los bosques y en los lugares solitarios, en donde su gemido es la eterna repetición de las palabras de los mortales. La sangre de Narciso empapó la tierra y se metamorfoseó en una flor amarilla con pétalos blancos, rodenado su centro, y que añun lleva su nombre. A pesar de su cruel destino, la sobrevalorazion de la belleza física entre los griegos hacía que las mujeresespartanas, según investigó y nos informa el historiador del arte Johann Winckelmann, colocaran en sus dormitorios una imagen de Narciso a finde concebir niños bellos.

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