Los Locos de Bussi

En Tucumán estaba el Loco Aplauso, que aplaudía cuando le daban una moneda. El Loco Margarito, que les decia "Licenciado" a todos los que pasaban. Jeff escribía frases en las paredes. El Loco Vera cantaba con su guitarra de escoba. El Loco Perón tiraba un ladrillo para arriba y se ponía a gritar "¡Viva Perón!" para cabecearlo.


Sabemos de ellos por un tucumano: Tomás Eloy Martinez. Otros tucumanos también recuerdan aquellos desahuciados.
Una noche, anunciada la visita del dictador Jorge Rafael Videla, el gobernador de facto Antonio Bussi, los mandó a sacar de la vista. Con atrocidad natural, dispuso que los arrojaran al desierto lindante con Catamarca, donde apenas crecen unas matas de espinas y se puede andar treinta kilómetros sin ver un alma. Se llevaron a veinte o treinta. La mayoria no regreso.


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