DIEZ IDEAS PARA REABRIR LA HISTORIA



• Quebrar el quietismo para construir una nueva perspectiva contra la sumisión contemplativa.
• Buscar la legitimidad de las rebeliones en los derechos naturales que re­claman, y no en la forma en que se vinculan con la violencia.
• Componer una alianza de egoístas, asociados por razones pragmáticas, para crear una maquina solidaria capaz de atravesar las líneas enemigas.
• Entender la revolución como la interrupción de este viaje histórico ha­cia la catástrofe.
• Organizar un pesimismo revolucionario, al servicio de las clases opri­midas, que no sea entendido como una resignación fatalista, sino como una (orina activa de impedir.
• Desconfiar del comportamiento de las masas y del futuro del socialis­mo, y no preocuparse por la decadencia de las naciones, sino por la amena­za del capitalismo sobre la humanidad.
• Desvincular la democracia del proceso electoral y plantear la creación de una verdadera democracia clasista.
• Fundar una mirada romántica revolucionaria, cuyo objetivo no sea re­tornar al pasado, sino tomar un desvío por éste hacia un porvenir utópico.
• Desobedecer el mandato del pensamiento único.
• Recuperar el valor de los esfuerzos heroicos.

MÁS PARA LEER

  • Walter Benjamín. Aviso de incendio, de Michae! Lówy, F C.. E.
  • Sobre la marcha de Nicolás Casullo, Colihue.
  • La revolución y los intelectuales, de Fierre Naville, Galba.
  • Baudelaire, de Walter Benjamín, Taurus.
  • En las cimas de la desesperación, de E. M. Cioran, Tusquets.
  • Política del rebelde, de Michel Onfray. Perfil

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